Adaptación y evolución en la pandemia: Juntos lo estamos logrando
Universidad Galileo nunca se detuvo. Sin embargo, la emergencia por el COVID-19 nos dio, y nos sigue dando, grandes lecciones tanto en lo personal como en lo laboral. En este artículo conocemos el sentir de varios miembros de nuestra comunidad.
Hay fechas que quedan grabadas en nuestra memoria para siempre. El viernes 13 de marzo 2020 es una de ellas. Cuando anunciaron el primer caso del nuevo coronavirus en Guatemala intuimos que de allí en adelante las cosas cambiarían pero no imaginábamos cuánto.
Nadie había pasado por algo similar. Estudiantes, profesores, trabajadores y autoridades de Universidad Galileo empezamos a asimilar de a pocos lo que estaba pasando y lo que eso significaría para nuestro día a día.
La educación no se detuvo
Ha pasado más un año desde que empezó la emergencia por el COVID-19 y sin duda alguna nuestras vidas cambiaron. No ha sido fácil adaptarse y seguir adelante pero Universidad Galileo siguió ofreciendo educación de calidad gracias a su expertise en educación en línea.
El Dr. Iván Echeverría, Decano de la Facultad de Ciencia, Tecnología e Industria (FACTI) señala que “la pandemia nos dio una excelente oportunidad para demostrar nuestra capacidad de respuesta, ha permitido diferenciar entre sustituir los medios educativos y desarrollar nuevos modelos de educación, nos ha integrado al permitir luchar por objetivos comunes bien determinados y generó la oportunidad de descubrir los valores más profundos en las personas”.
El profesional opina que esta situación desarticuló los paradigmas dentro de los que funcionábamos y nos ha permitido establecer nuevos, es un gran laboratorio en donde hemos tenido que experimentar respecto la forma de trabajar y expresar lo que se siente.
“Estoy muy satisfecho de la forma en que han respondido alumnos y catedráticos, me encanta cómo este proceso permitió que las personas con intereses legítimos por el desarrollo y bienestar de otros mostraran lo más noble en el ser humano: la solidaridad”, afirma el Dr. Echeverría. Para lograr esto, se necesitó mantener la comunicación y provocar certidumbre dentro de la incertidumbre.
“El primer gran reto fue el tiempo de respuesta, al momento de pasar a lo virtual y remoto no perdimos ni una sola hora de clases, conseguir la respuesta positiva inmediata del claustro de catedráticos y de los alumnos, luego mantener la confianza en el proceso y no parar nunca ni siquiera cuando hubo problemas técnicos, encontramos las alternativas y no detuvimos las clases ni una sola hora, eso adicionalmente rompió los esquemas de forma, método y horarios y nos llevó a prestar nuestros servicios administrativos y docentes 24/7, informática y la plataforma GES fueron clave para no detener nuestro servicio”, refiere.
La fuerza laboral es pieza clave
Todos los ajustes que se necesitaron para seguir funcionando desde que empezó la pandemia fueron hechos por hombres y mujeres que desde su casa siguieron siendo igual o más productivos. El Dr. Echeverría explica que las empresas que mejor han sorteado la emergencia aprovecharon su capital humano, convirtiendo el miedo e incertidumbre por la pandemia en fuerza para hacerle frente “Todas las empresas con un liderazgo bien manejado son resilientes y pueden salir adelante.
Un ejemplo es Universidad Galileo que permite el desarrollo y liderazgo de sus decanos y directores, guiados e inspirados por el Dr. Eduardo Suger quien siempre está pensando en lo que viene para estar a la vanguardia”, sostiene.
Por esa razón, las autoridades de Universidad Galileo siempre han dicho que la fortaleza de Universidad Galileo es su gente. Una empresa que valora a su talento humano hace todo lo que puede por conservarlo. Así está garantizando que respondan de la mejor manera a lo que se les pide. Es un círculo porque hay correspondencia, es recíproco.
La Directora de Prestaciones y Personal, Licda. Antonieta de Muralles, dice que todo este proceso le ha hecho valorar más la salud. “Lo más duro es no tener libertad de ser independiente en mi entorno, el miedo a enfermarme me aterra”, comparte.
Sin embargo, también considera que hay enseñanzas en esta situación. “Como seres humanos debemos disfrutar la vida y apreciar la convivencia familiar. Es difícil no poder darle amor y cariño a los seres queridos, la distancia nos separa aunque el amor no se acaba”, expresa.
Esto cobra más importancia porque han partido personas con las ya no pudimos compartir y no hubo oportunidad de decirles adiós. El diseñador gráfico Alberto Morales, quien tiene más de 15 años de trabajar en Universidad Galileo y lleva 15 meses trabajando desde su casa, concuerda.
“Me siento con un poco de incertidumbre de cómo será nuestra nueva realidad, pero también agradecido con Dios que me da la oportunidad de apreciar y valorar más la vida, la salud, a la familia, a los amigos y todo aquello que damos por sentado”, asegura. Su mayor obstáculo fue el acostumbrarse a una nueva forma de vida.
“En el trabajo donde todo es virtual; en lo familiar con pocas visitas y no poderlas abrazar; el no poder salir de casa a algún lugar; y en social al no poder frecuentar a los amigos”, señala. Pero, por otro lado, considera que la experiencia le ha enseñado a ser más generoso, a ayudar, a ser más consciente de que hay muchas personas que nos necesitan.
Estudiantes adaptados
Los estudiantes de Universidad Galileo comprendieron de inmediato que debían cuidarse del contagio pero no detuvieron su formación. En vista que están más involucrados con la tecnología, en pocos días se adaptaron a la nueva modalidad en línea.
El Director de Bienestar Estudiantil, Lic. Estuardo Búrbano, opina que fue natural sentir incertidumbre, miedo, ansiedad y angustia, pero también emergió un sentimiento de responsabilidad y cuidado frente a la pandemia.
“Se destacan sentimientos positivos ante el COVID-19 que nos han obligado a encontrar soluciones, a cultivar un espíritu positivo con nuevos retos y resaltar la creatividad en cada una de las áreas en las que nos toca desenvolvernos”, detalla.
Añade que las dificultades vividas durante este año afectaron de diferente forma a cada persona, pero Universidad Galileo ofreció una respuesta adecuada y rápida a sus estudiantes.
“El cierre masivo de las actividades presenciales de instituciones educativas en más de 190 países provocó un problema para la mayoría de ellas. Esto requirió el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, lo cual Universidad Galileo ya venia desarrollando hace años y ya contaba con robustas plataformas y soluciones para apoyar el aprendizaje remoto”, afirma el Lic. Búrbano.
Universidad Galileo es la primera con enfoque tecnológico y logró que sus egresados pudieran hacer posible la continuidad de muchas organizaciones durante la crisis. Un año después, el Director cree que la pandemia ha permitido que las personas tomen conciencia de la importancia de la tecnología, el teletrabajo, compras online, clases virtuales, entre otros.
“Todo eso forma parte de nuestro vocabulario en la actualidad, la tecnología facilitó nuestra ‘continuidad operativa’ durante este periodo de aislamiento”, concluye.
Estefanía es una estudiante que en el 2020 estaba cerrando su licenciatura en Universidad Galileo, no se detuvo y su actitud es muy optimista. “Todos los días me siento agradecida y dichosa por tener salud pues no me he enfermado de COVID.19 y tampoco ninguno de mis familiares cercanos, tengo un trabajo y a toda mi familia completa”, expresa. Señala que la mayor dificultad que enfrentó fue acoplarse a la nueva realidad, con poca interacción en persona y más comunicación a través de aparatos electrónicos.
“Ha sido duro dejar de frecuentar a seres queridos (abuelos principalmente) para resguardar su salud”, comparte. La enseñanza que le dejó fue comprender lo fácil que podemos acoplarnos a nuevas situaciones cuando las circunstancias nos obligan.
“Lo valioso no es precisamente lo material, sino cosas más intangibles, como la salud, el cariño de tus seres queridos y la paz interior”, sostiene.
Líderes que guían
La tarea de continuar funcionando fue un trabajo arduo que requirió que autoridades, docentes, directores y decanos pusieran a prueba su liderazgo aun en tiempos de incertidumbre. El Director del Instituto en Investigación de Operaciones, Dr. Jorge Samayoa, considera que un año y meses después del abrupto cambio, como institución somos mas fuertes y tenemos un mayor impacto.
“La fortaleza radica en la respuesta que pudimos dar a nuestros estudiantes y la forma de adaptarnos tecnológicamente a la coyuntura mundial. Incrementamos nuestro impacto, ya que abrimos nuestras puertas a todo estudiante de habla hispana, en el mundo. Siento que se abrió un mar de oportunidades y tenemos mucho trabajo por delante”, detalla.
La mayor dificultad con la que se toparon al principio fue la adaptación ya que si bien muchos de nuestros programas ya estaban funcionando de manera virtual, “durante la pandemia tuvimos que refinar nuestro sistema (como un todo), para que trabajara de forma impecable, manteniendo la rigurosidad, atención y profesionalismo, sin poner en juego la calidad educativa”, considera el Dr. Samayoa.
“Afortunadamente tenemos docentes de gran calidad y estudiantes con muy buena voluntad, lo que nos permitió alcanzar un estado estable muy rápidamente”, asegura.
Todo esto nos ha enseñado que podemos trabajar desde nuestros hogares, manteniendo la atención, calidad y profesionalismo en los programas. “Nuestros profesores y estudiantes están puntuales en el aula, sin posibilidad de atraso por el tráfico. En general, ha sido un reto agradable y nos ha probado lo fuertes y creativos que podemos ser en momentos de adversidad”, concluye el Director.
Por su parte la Decana de la Facultad de Biología, Química y Farmacia, FABIQ, Dra. Ana Lucía Valle, señala que nos hemos fortalecido para salir adelante en situaciones no previstas, hemos evolucionado a crear, innovar y adaptarnos a la situación actual para avanzar y seguir.
“Los alumnos se adaptaron fácilmente al cambio, tuvimos menos deserción, la docencia se fortaleció con tecnologías modernas de enseñanza permitiendo a los estudiantes revisar las clases y escucharlas varias veces para mejorar la comprensión. Hubo reducción de gastos de parqueo, movilización, tráfico, estrés, el período de clase fue accesible, se respetaron los horarios regulares, el rendimiento académico y el esfuerzo por aprender y enseñar se magnificó de manera positiva”, refiere.
En su caso una dificultad fue el desarrollar las actividades prácticas de las carreras de FABIQ, pero lo solucionaron.
“Recurrimos a laboratorios académicos con simuladores médicos, laboratorios con grupos de alumnos de 10 guardando todas las medidas de bioseguridad que nos permitió avanzar en desarrollar habilidades prácticas también”, explica.
El Dr. Echeverría considera que la solidaridad es la clave para una sociedad más justa y los guatemaltecos podemos serlo.
“Fue maravilloso ver la respuesta solidaria de los catedráticos entrando a cubrir el trabajo de aquellos que padecieron esta enfermedad, cuando se solicitó el apoyo siempre nos sobraron los voluntarios para cubrir a los contagiados mientras se recuperaban, dolorosamente no todos han logrado vencer al virus”, detalla.
Conscientes que aún falta camino por recorrer en esta pandemia, felicitamos a todos por el esfuerzo que han hecho. Aun a la distancia enviamos un gran abrazo solidario a todos nuestros compañeros de Universidad Galileo, además nos unimos en el dolor por los que no ya están. Estamos seguros que lo que viene será cada vez mejor.