Objetivo profesional: La búsqueda de lo verdadero y válido para el ser humano.
El tema del comportamiento humano sigue progresando y con él, la conciencia de hacer y promover el bien común.
Por ejemplo, desde 1906 la axiología es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores y los juicios valorativos de los humanos. Estudia lo que se considera valioso y lo que también puede considerarse sin valor. Es decir, la axiología no sólo trata de los valores positivos sino también los valores negativos, analizando los principios y el origen para considerar si algo o alguien es valioso o no.
Con igual importancia y nuevos elementos, Ludwig Von Mises propone la praxeología como la ciencia de la acción humana y encuentra su raíz conceptual en la economía. Afirma que los humanos son demasiado complejos como para reducirlos a sus mismos componentes y demasiado conscientes de sí mismos como para no alterar su comportamiento al sentirse observados. Mises afirma que la crítica científica, no tiene fin más noble que el de destruir creencias falsas.
Mises fue un constante defensor del hombre emprendedor, del intelectual y empresarial, cuyas actividades son la fuente de progreso para toda la humanidad y que, como demostró a lo largo de su obra, sólo pueden florecer en una economía libre.
De la praxeología, Mises propone la idea de que cada acto y cada actividad que realiza el ser humano tiene como finalidad mejorar el nivel de satisfacción de la persona, teniendo especial cuidado en señalar que la praxeología no se ocupa de la definición individual de lo que es la satisfacción, sino únicamente el modo en que el individuo la busca y la encuentra, superando por su acción y nunca por omisión, la fuente de descontento.
Otra conclusión a la que llegó Von Mises fue que las decisiones se toman en modo ordenado. Dice que es imposible llevar a cabo más de una acción al mismo tiempo, ya que la mente consciente es capaz de procesar únicamente una decisión a la vez. Así, las personas actuamos según las prioridades.
De la axiología y la praxeología a la deontología
Jeremy Bentham define la deontología como la teoría del deber ser. Surge de la acción y de los valores humanos aprendidos progresivamente desde el hogar hasta la educación superior. Hasta el final de la vida. Su concepto básico es obrar de acuerdo a la ética, lo que significa trabajar de acuerdo a códigos definidos de antemano. Códigos que son más necesarios en aquellas actividades sociales y laborales en donde el profesional dispone de mayor margen de decisión personal al realizar su labor. Labores con una mayor responsabilidad por su contenido y efectos que esta tiene en otras personas. Esta responsabilidad sobreviene con mayor frecuencia en la educación, la comunicación y en la investigación, la innovación y el desarrollo industrial y empresarial.
De aquí, que toda persona debe de comparar cada una de sus acciones particulares y orientarlas éticamente en casos de que surjan dudas durante su ejercicio profesional. Es importante establecer que un código deontológico no funciona como un código civil correctivo.
La deontología no puede sofocar la libertad de conciencia en ciertos casos o situaciones, en donde el profesional orienta, ubica o acomoda las soluciones a las problemáticas encontradas.
Por el contrario, los códigos deontológicos son necesarios porque suponen el reconocimiento público de la dimensión de la ética de cada profesión o de una actividad. En un sentido básico pero fundamental, la redacción y aprobación de un código deontológico, supone el reconocimiento de los profesionales de que su actividad conlleva e implica una condición moral que debe ser tomada en cuenta para el bienestar de los demás.
Así, las profesiones en su conjunto también se benefician porque la existencia de estos códigos y sus contenidos, hacen posible el aprendizaje ético de la profesión ya que existe una progresiva acumulación de experiencias anteriores.
Dilemas éticos recurrentes
Como en todo ámbito profesional, el mundo laboral de los profesionales presenta diversas situaciones y problemáticas cuyo fundamento y solución, a la hora de tomar una decisión, deberá determinarse desde una perspectiva ética.
Cada caso es digno de análisis y de una propuesta de solución. La idea es no olvidar que en el ámbito de la ética no existen soluciones predeterminadas para los problemas del mundo real. Sin embargo, si existen códigos que, a partir del estudio y la experiencia, pueden orientar una decisión final. La fórmula básica para diluir un dilema ético puede simplificarse de tal manera cuando el análisis da como resultado el bien común.
Con las consideraciones necesarias, los códigos deontológicos en términos generales, toman en cuenta:
El principio de la profesionalidad, el principio de servicio y ayuda, principios de la educación, principios de justicia social, principios de coherencia profesional, principios de satisfacción y realización personal, principios de confidencialidad, principios de formación permanente y solidaridad profesional, principios de respeto a los derechos humanos, principios de respeto a los usuarios, principios de trabajo coordinado y principios de defensa a la estructura familiar.
Si la problemática, el dilema o la disyuntiva aún es difícil solucionar, es importante recordar que cada profesión tiene sus códigos deontológicos en donde el objetivo siempre será la búsqueda de lo verdadero y válido para el ser humano.
Paráfrasis: Lic. Rualdo Anzueto, Vicedecano Facultad de Ciencias de la Comunicación (FACOM).
Enlaces de Interés: