Egresado de U Galileo integra equipo que instala antena satelital en la Antártida

Egresado de U Galileo integra equipo que instala antena satelital en la Antártida

Guillermo-Sosa-Antartida

El Ing. José Guillermo Sosa López, egresado de Ingeniería en Telecomunicaciones y Redes Teleinformáticas, integró un equipo internacional y multidisciplinario que instaló una antena satelital en la Antártida.

La Antártida, también conocida como el​ continente antártico, es el continente más frío, seco y ventoso del planeta. Esta región ha sido catalogada como “un desierto de hielo”.

Otro artículo que puedes leer: Ing. Miguel Cardona: “La Ingeniería en Telecomunicaciones tiene un campo amplio”

Con el objetivo de actualizar los sistemas de telecomunicaciones de científicos e investigadores que trabajan en la Antártida, se creó un programa para instalar una antena satelital, por medio del patrocinio de la National Science Foundation (NSF).

El Ing. José Guillermo Sosa López, egresado de Ingeniería en Telecomunicaciones y Redes Teleinformáticas de la Facultad de Ingeniería de Sistemas, Informática y Ciencias de la Computación de Universidad Galileo, formó parte de este equipo de expertos. 

También puede interesarte: Estudiante de Telecomunicaciones queda en primer lugar del OEA Cyberwomen Challenge Guatemala

La misión fue instalar una antena satelital de 13 metros en un periodo de 2 meses aproximadamente, la cual beneficiará directamente a la McMurdo Station, la cual está regida por el United States Antarctic Program (USAP). 

Acerca de los retos y logros de este programa, conversamos con el Ing. Guillermo Sosa, quien actualmente trabaja para una empresa de telecomunicaciones que se dedica a la instalación, equipamiento y pruebas de equipo satelital tanto en Guatemala como alrededor del mundo. 

¿Cómo se integró al equipo del programa?

La oportunidad de la Antártida surgió porque, como obviamente la empresa en la que trabajo se está cotizando en el mercado, salió el proyecto y nos postulamos. Al final fuimos los ganadores, se puede decir, del proyecto de la instalación.

Tuvimos una fase previa con una preparación física y mental, porque trabajaríamos en una estación que está completamente separada del mundo. También hicimos dos cuarentenas por los protocolos del Covid: Una en Estados Unidos y otra en Nueva Zelanda.

¿Cómo era el equipo con el que viajó en este programa?

Fuimos 10 personas involucradas. Había expertos en áreas como la mecánica, las telecomunicaciones y la electrónica. Eso nos ayudó bastante, ya que todos teníamos el expertise en algo, y nos hacíamos destacar por otro conocimiento y otras aptitudes.

También compartimos el conocimiento para hacer el trabajo de una mejor manera. Hubo compañeros que llevan varios años trabajando en esto, así como algunos que estamos comenzando con dos o tres años de experiencia. 

¿Por qué instalar una antena satelital en la Antártida?

Primero, debemos entender cómo funciona una antena. Para comunicarse, en algunas regiones con lo que se cuenta es un medio físico, como un cable de red, pero hay regiones en donde el acceso a medios físicos no es factible. 

Por ejemplo, ¿por qué vamos a colocar un cable en una región en medio de la selva? No es productivo. Ahí es donde surge el método de comunicación satelital, que es básicamente instalar una antena y nos enlazamos a un proveedor satelital, que nos dará los servicios de voz, datos, internet y lo que se solicite. 

Así nos dará el servicio, porque cubrirá dependiendo de la ubicación y los servicios que se adquirirán, así debemos abocarnos al satélite o el proveedor como tal. 

¿Y por qué en la Antártida? Obviamente está la comunidad científica que día a día trabaja sus investigaciones en cualquier tipo de área, ya sea geológica, geográfica o de fauna, entre otras; y necesita compartir este conocimiento e información con el resto del mundo. 

Pero el único medio que existe para compartirlo es una antena que tiene alrededor de 30 años de existir en una región que está como a 20 millas de la estación como tal. 

Y el tema de mantenimiento y sostenibilidad de la antena se complica durante toda la temporada, principalmente en invierno, cuando el único medio que se tiene para llegar a ella es un viaje en helicóptero, lo cual en invierno, con temperaturas debajo de los 30 y 40 grados, con vientos que alcanzan entre los 60 y 80 km por hora, no es factible.

Lo que quisieron hacer fue, básicamente, una nueva instalación cerca de la estación y hacer una actualización en temas como el ancho de banda y tener mejor calidad de Internet en la estación. 

¿Cómo fue el proceso de la instalación de la antena satelital?

Cuando menciono una antena satelital de 13 metros, estoy hablando solamente del reflector como tal. Eso debe estar suspendido o sostenido de lo que llamamos un pedestal, lo cual también tiene una altura de varios metros. 

Además del cuidado que se tiene de la instalación como tal, la ubicación en la cual trabajamos podía convertirse en un un territorio hostil en algunos momentos. A veces aunque tengamos sol, el frío se mantiene porque hay vientos fuertes.

Después de la instalación, el 13 de diciembre partió la tripulación de regreso a Guatemala y se mantuvo a una persona que se encargó de monitorear el post de la instalación de la antena. En sí, que funcionara correctamente al enviar y recibir información con calidad. 

¿Qué le gustó más de esta experiencia?

Antes del viaje, uno investiga qué puede esperar, cómo será la vida, las personas y la comida. Uno se imagina la Antártida como personas viviendo en iglúes y que nos meteremos a cuartitos que Dios sabe qué pueda tener. 

Al final fue básicamente como vivir en una pequeña comunidad con personas agradables, por más que uno sea extranjero o latinoamericano, la comunidad lo adopta a uno. Fue una bonita experiencia.

La estación tenía un gimnasio, actividades en la que se practica deporte como fútbol, así como participar en caminatas y escalamientos. Eso ayuda al tema de salud mental, para que uno no sienta que solo va a trabajar y automáticamente debe comer y dormir, y repetir eso todos los días. 

También el poder decir que estuve ahí, que realmente aporté algo hacia la comunidad de la Antártida y que perdurará por la historia. Es un gusto compartirlo con su familia y amigos, ya que es un orgullo como guatemalteco aportar este tipo de trabajo e historias.

Texto: GES Comunicación

¿Qué tan útil fue esta publicación?

| GES Comunicación | 11 febrero, 2022 |