Dr. Aníbal Chajón: una vida dedicada a enseñar la historia como herencia viva

Dr. Aníbal Chajón: una vida dedicada a enseñar la historia como herencia viva

Desde 2004, el Dr. Aníbal Chajón ha convertido la enseñanza de la Historia en un puente vivo entre el pasado y el presente. Su labor docente en la Facultad de Educación ha inspirado a generaciones de estudiantes a descubrir documentos originales de los siglos XVI al XVIII, analizar sus huellas y proyectarlas al siglo XXI. A través de clases, encuentros y recorridos formativos, ha demostrado que la historia no es solo memoria: es identidad, herencia y vida en movimiento.


El Dr. Aníbal Chajón es Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y Licenciado en Historia por la Universidad Francisco Marroquín. Se ha desempeñado como investigador en el Centro de Estudios de las Culturas de Guatemala de la Universidad de San Carlos de Guatemala, además de ser coordinador académico de la Escuela Superior de Imagen Pública y docente en la Facultad de Educación de la Universidad Galileo.

Cuenta con una destacada trayectoria académica y de investigación: ha publicado 91 artículos en revistas especializadas, es autor de 12 libros editados por la Universidad de San Carlos de Guatemala y de 17 libros más en colaboración con entidades públicas y privadas

Asimismo, ha participado como ponente en 64 congresos internacionales realizados en Centroamérica, Colombia, México, Ecuador, Perú, Uruguay y España. Su labor también se extiende al ámbito de la divulgación, colaborando activamente en diversos medios informativos.

Historia: una pasión compartida

Por: Dr. Aníbal Chajón

En 2004 tuve la oportunidad de empezar a dar clases en la Facultad de Educación, con los cursos de Historia de Guatemala y Geografía.  Fue una gran alegría.  Poco después pude servir Historiografía y Paleografía, la esencia del trabajo de campo en la disciplina.  

No puedo sino decir que fue una gran satisfacción ver cómo los alumnos se esforzaron y pudieron trabajar con documentos originales de los siglos XVI al XVIII, extraer información, analizarla y poner sus hallazgos por escrito.  

Desempolvar los acontecimientos, traerlos nuevamente a la luz, analizados con todo el conocimiento del siglo XXI, fue un reto superado.  Fue incorporar datos que han permanecido almacenados por centurias y que se pudieron poner a disposición de las actuales generaciones.  

Con varios grupos pudimos participar en los Encuentros Nacionales de Historiadores, donde los alumnos demostraron su profesionalismo y pusieron en alto el nombre de la Facultad.  Pudimos notar cómo de otras universidades, incluso centroamericanas, podían aprender de los descubrimientos en nuestros cursos.  

También pudimos organizar Encuentros de Profesores de Ciencias Sociales, el primero con un gran éxito y una numerosa participación, donde nuestros alumnos también hicieron notables exposiciones con información actualizada.  

Además, organizamos varios recorridos formativos, en el Centro Histórico, el Cementerio General, la Antigua Guatemala, Monte Alto, Cotzumalguapa y Takalik Abaj, donde pudieron poner en práctica sus conocimientos.  Por supuesto, la pandemia detuvo esas salidas, pero nos dio oportunidad de otras formas de aplicación.  

Porque la historia está viva, es parte de nosotros, de nuestro día a día.  Con solo vernos al espejo vemos nuestra herencia familiar; al hablar utilizamos un lenguaje que nos une a nuestros seres queridos.  

Podemos tener limitado acceso a decisiones políticas, pero somos parte de la historia que se escribe día a día, en el silencio de una vida productiva que genera beneficios a nuestro alrededor y que esperamos llegar a una juventud que demanda cada vez más información sobre sus raíces.

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| GES Comunicación | 29 agosto, 2025 |