Libro “Guatemalidá”: La voz poética de los invisibilizados
Erivan Campos presenta su obra en FILGUA y relata cómo Universidad Galileo y su constante búsqueda personal por crecer profesionalmente marcó su formación como comunicadora y autora de su libro “Guatemalidà”.
Una voz con raíces en la calle y en la palabra
“Soy una mujer guatemalteca de 37 años, madre de dos muchachos Alekos y Ferrán. Magíster en comunicación, escritora, poetisa, cuentista y articulista que encontró en el fino arte de la escritura mi hogar.»
Así se presenta Erivan Campos, egresada de la Licenciatura en Medios de Comunicación e Informativos y la Maestría en Consultoría de Imagen Pública.de la Escuela Superior de Imagen Pública de Universidad Galileo, y autora del libro Guatemalidá, una obra poética que retrata la crudeza de la realidad urbana y popular guatemalteca.
Su trayectoria inició a los 17 años como presentadora de un noticiero local. “Tanto fue mi amor por la Comunicación Social, que dejé la carrera de Sistemas para dedicarme al periodismo”, recuerda. Esa pasión la llevó a profesionalizarse y seguir aprendiendo, sin detenerse nunca.
Guatemalidá: una ofrenda poética para los invisibilizados
“Se llama -Guatemalidá-, (si, con esa ortografía) . Aunque la palabra -guatemalidá- no existe en el Diccionario oficial de la Real Academia Española (RAE), ni es una palabra reconocida formalmente en el idioma español, la creé con uso estilístico que hace referencia al conjunto de características, valores, costumbres, tradiciones, historia, identidad y formas de vida que definen al pueblo guatemalteco de clase trabajadora y clase baja.” explicó Erivan.
Así mismo comentó: “Es una obra poética urbana, cruda y profundamente humana que retrata la violencia estructural, la exclusión social y la identidad desde los márgenes. Un testimonio colectivo escrito desde el cuerpo, la calle y la experiencia cotidiana en Guatemala de cualquier mujer laburante con conciencia social y de clase.”
Guatemalidá es una ofrenda escrita para quienes han sido silenciados y una forma radical de nombrar una Guatemala que aún duele… pero que sigue soñando: Un acto poético de contraviolencia simbólica.” Afirmó Campos.
Inspirada por autores como Bukowski, Manuel José Arce y Galeano, su obra combina verso libre, prosa poética y narrativa breve. Es una radiografía emocional y social de “los Nadies”, como los llamó Galeano, y un llamado contundente a incomodar al lector.
Para la autora uno de los mensajes que espera transmitir con su obra es: “Espero, fervientemente, incomodar al lector. Señalarle lo que la sociedad no nombra, lo que desconoce o aquello que, conoce tan bien que, se le hace “típico y normal».
FILGUA: un sueño vuelto realidad
Erivan presentó su libro en FILGUA 2025, una experiencia que describe como “un sueño cumplido”. Gracias a la gestión de Parutz Editorial, vivió la feria desde adentro, y recibió una cálida acogida del público.
“-El libro tiene Ángel- he escuchado decir en un par de oportunidades y es así, tiene estrella, diríamos en buen chapín. Ha sido recibido con los brazos abiertos y en sus presentaciones he contado con grandísimos escritores y escritoras que han decidido acompañarme en este proceso de darle la bienvenida al libro y me siento sumamente honrada por ello.
Ver las caras de asombro de las personas al detallarles el libro, ver los rostros de impacto cuando escuchan los primeros poemas, no tiene precio. Ya la lúgubre portada y la imagen de la fotógrafa Cindy Lorenzo anuncian de qué va Guatemalidá.”
“La contraportada con las letras tanto de Jessica Masaya como las de Pablo Sigüenza Ramírez, cumplen la suerte de un aviso precautorio a gritos, y el prólogo (que lo amo) de Ruth Vaides es una advertencia final. Una vez que llegas al texto, recibes un golpe de realidad del que no hay vuelta atrás. Este viaje genera sorpresa y asombro en los lectores.”
“Ver las caras de asombro, de impacto… no tiene precio”, afirma con emoción.
El libro ha sido presentado también en la Librería Luis Cardoza y Aragón, en TGW, en FILXELA, y próximamente en Cobán, Chiquimula y Amatitlán.
Una escritora forjada en Universidad Galileo
La formación de Erivan estuvo marcada por su paso por Universidad Galileo, donde estudió la Licenciatura en Medios de Comunicación e Informativos y la Maestría en Consultoría de Imagen Pública.
“Fue la única universidad que me permitió estudiar y trabajar a la vez. La currícula me enamoró. Fue una excelente elección”, asegura.
Seguidamente relató: “Inicié estudiando fines de semana, estudié otro tiempo en jornada nocturna y luego, la maestría a distancia y durante los sábados y algunos días entre semana.”
“Cada etapa tuvo sus propias experiencias y retos, cada una más enriquecedora que la anterior. Caminé por los pasillos mil veces, tuve cientos de compañeros, correr a la cafetería, almorzar en el campus, esparcir el alma en los parquecitos, entrar a pie, entrar en uber, pedir ride, parquear lejos, parquear cerca (incluso viví una vergonzosa experiencia que incluye cepo en la Avenida Suger).
Llegar a tiempo, llegar tarde… Viví la experiencia de estudiar en la extensión del Liceo Guatemala, recibir clases ahí, comer shucos de almuerzo y recorrer sus aulas, fue lindo también. Así mismo hube de convertir mi estudio, el de mi casa, en salón de clases por estar a distancia. Además de los retos personalísimos de vivir las experiencias de los embarazos de mis 2 hijos durante este largo lapso de estudios.
Mi salón de estudios fue cualquier clase vacía por un momento en el campus, pero también en el Liceo, en mi casa e incluso en las habitación de mi hijo más pequeño mientras, recién nacido, dormía y yo encontraba paz. En todo momento, en todos esos años, en todo lugar me sentí bienvenida y acompañada, nunca en soledad. Sabía que formaba parte de un cuerpo de profesionales que me respaldaban y guiaban.”
“Universidad Galileo sí me dio el origen de la teoría sobre todo lo que sé de la Comunicación Social. Algunos temas en los que me especialicé como Periodismo, Locución y Lengua de Señas los adquirí fuera de mi Alma Mater, pero mi casa de estudios ha sido mi mayor proveedora de conocimiento y ciencia.” Afirmó la profesional.
Mentores que dejan huella
Erivan menciona con cariño a sus docentes, quienes marcaron su desarrollo profesional:
“Daniel Alarcón Osorio, mi mentor en el arte de escribir; Silvia Lanuza de quien aún sigo aprendiendo, Lily Soto quien es ejemplar, Rolando Barahona quien me mostró que cuando se ama lo que se hace se alcanza la excelencia; Rolando Baldizón quien me enseñó sobre excelencia en las áreas que menos me interesaban. Lourdes Donis, Alejandro Acevedo, Mario Vázquez, Marcos Ajin, Timoteo Tobar, y muchos otros, que no me alcanzaría el espacio detallarlos. Especial mención a Rony Soto (QEPD), Karen Mansilla porque sin ellos, no habría alma mater qué amar. Además, el equipo administrativo de la Escuela. Siempre hubo un antes y un después de recurrir a Yasmin y Jeanet, han sido luz y han crecido profesionalmente ante nuestros ojos.”
“Cada clase, cada comentario, se convirtió en una herramienta para la vida real”, reflexiona.
También agradece al equipo administrativo de la Escuela Superior de Imagen Pública y a las amistades que formó en su paso por la universidad.




Una vida que inspira y una pluma que no se detiene
Actualmente, Erivan trabaja en la publicación de nuevos libros, entre ellos Cuentos de No Ficción, y ya cuenta con dos manuscritos adicionales listos para edición.
A los jóvenes que sueñan con escribir o comunicar, les deja un mensaje claro:
“El mundo necesita más comunicadores. No duden, láncense. Somos la voz de nuestra especie.”
“Un sincero agradecimiento a mi núcleo familiar, a mi familia extendida y amigas y amigos que han estado ahí, conmigo en todo momento. También a todos aquellos que, aún desconociéndome, le han dado un espacio a mis letras en España, Estados Unidos., México y Argentina. A mis formadores y formadoras, a todos aquellos con los que he coincidido y aprendido. Porque soy eso, la sumatoria de todo lo que les he aprendido y heredado.”
Y concluye con una frase que resume su camino:
“Si una madre de dos, neurodivergente, lo logró… no hay límites. Con fe y con amor, los imposibles se vuelven posibles.”