Nuevas ideas. Nuevas propuestas. Nuevo aprendizaje.
Comúnmente cuando empezamos una nueva etapa de vida, sobre todo cuando de aprender se trata, tenemos que reconocer que todos, sin excepción, imprimimos un estilo propio.
Las formas más comunes de aprender, según los expertos son oyendo, viendo, escribiendo y experimentando. Algunos toman nota, otros trascriben sus apuntes y algunos ponen más atención que otros cuando se trata de una educación tradicional.
Pero ¿qué pasa cuando la enseñanza va de la mano con la tecnología y las nuevas tendencias andragógicas de la enseñanza?, ¿qué pasa cuando de repente comparamos las clases recibidas en el colegio en donde el dictado de conceptos es cuestión de todos los días?, ¿qué pasa cuando se empieza el proceso enseñanza – aprendizaje sumando nuevas tecnologías de la comunicación y de la información?
Según los expertos, el estilo de aprendizaje tiene que ver con rasgos inteligentes o cognitivos de cada persona, con rasgos afectivos o emocionales y con rasgos fisiológicos que se apegan a un biorritmo.
Los rasgos cognitivos tienen que ver con la forma como un estudiante estructura en su mente los contenidos recibidos durante un determinado período de tiempo. Cómo forma y utiliza los conceptos expuestos en clase. Cómo interpreta la información. Cómo selecciona medios de representación visual, y/o auditivo y cómo, sobre todo, guarda y utiliza sus inteligencias para resolver problemas en un futuro casi inmediato.
Por el contrario, los rasgos afectivos que influyen en el aprendizaje, se vinculan con las motivaciones, las emociones y expectativas que tiene cada persona dentro de su cerebro. Estos rasgos por lo regular se estimulan a través de la inteligencia emocional que descarga sentimientos relacionados a la familia, al amor y la auto estima.
Por su definición, el biorritmo es un periodo de fenómenos fisiológicos que sucede en todas las personas y que paulatinamente se traduce en actitudes o estados de ánimo que se repiten cada cierto tiempo. El biorritmo también se entiende como un conjunto de ciclos vitales de energía, que mide el gasto bioenergético que influye en aspectos físicos, emocionales y mentales. Esto explica por qué a veces nos sentimos con más ganas de estudiar o menos ganas de aprender, más o menos cansados o simplemente más lindos y bellos que otros días.
El ideal, es reconocer que estos cambios ocurren cíclicamente y que la psique humana determina la forma en que afrontamos estos cambios reconociendo que el ambiente influye pero no establece nuestra forma de ser y estudiar.
¿Cuándo aprendemos más?
Al aspecto puramente humano se suman las percepciones que tienen los estudiantes y la interacción que se promueve en el ambiente de aprendizaje.
Actualmente, los nuevos modelos educativos consideran de vital importancia establecer una relación más cercana entre el conocimiento y el uso de medios tecnológicos. A esta suma de metodologías para que el estudiante investigue, desarrolle y comparta conocimientos a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, se denomina educomunicación.
Este un concepto reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, incluye todas las formas de estudiar y aprender, en el contexto de los medios de comunicación y de la información. La definición incluye la difusión del conocimiento ordenado por la informática y difundida por las nuevas redes de comunicación virtual. Algo así como tener a disposición un sistema de aprendizaje en donde la interacción a través de una computadora, se suma al interés personal por aprender y llevar a la praxis el conocimiento adquirido.
Este nuevo campo de interacción cultural y social se constituye a través de una relación educativa trasversal, en donde el estudiante es el protagonista principal, ya que él define y construye un proceso continuo de evolución personal e innovación tecnológica, que apertura múltiples fuentes de conocimiento.
La educomunicación también es un hecho psicológico individual, aún en un mismo contexto social y con iguales motivaciones externas como la tecnología, ya que cada estudiante debe de tener la firme convicción de ser responsable de su tiempo y de su espacio y sobre todo, de una actitud emocional, física y cognitiva positiva, ya que de esto depende realmente el éxito o el fracaso de su aprendizaje.
Básicamente existen 4 estilos de aprendizaje:
- Aprendizaje activo, cuando se realiza una actividad paralela a la enseñanza que represente un desafío. Actividades cortas que permitan observar resultados inmediatos. Pueden presentarse escenarios emocionantes, dramáticos y hasta crisis que deben de ser solucionadas a través de una propuesta.
- Aprendizaje reflexivo, cuando el estudiante, además de ser un observador, hace un análisis de la situación y piensa antes de actuar. Por ejemplo, sin ser el centro de la atención del grupo, el estudiante planifica sin ninguna prisa el desarrollo de un proyecto de investigación.
- Aprendizaje teórico, en donde las principales características son aplicar un método, seguir la lógica, establecer un solo objetivo, proponer una crítica pro activa y generar un pensamiento estructurado. Este estilo por lo regular permite al estudiante seguir un orden, razonar el tema, relacionar la teoría con la práctica y encontrar racionalmente, más preguntas que respuestas. El procedimiento es completamente explorador. El estudiante propone sus ideas a partir de sus modelos y tiene la oportunidad de preguntar e indagar.
- Aprendizaje pragmático, cuando se relaciona la teoría con la práctica, proponiéndose actividades vinculadas con lo expuesto o lo investigado. Los estudiantes pragmáticos por lo regular aprenden mejor cuando observan a los demás hacer algo. Cuando tienen la posibilidad de poner práctica inmediatamente lo que han aprendido, relacionando la utilidad del conocimiento con su realidad personal. Así, este estilo de aprender permite al estudiante ser técnico, útil, rápido, concreto, claro, seguro de sí mismo y sobre todo, solucionador de problemas.
Las conclusiones son lógicas:
- Los pasos y la evolución de los temas por aprender, a través de medios tecnológicos, deben de exponerse y de asimilarse en secuencia lógica.
- Es necesario ilustrar mentalmente cada tema con ejemplos para que se comprenda claramente lo aprendido y se pueda, idealmente, encontrar una aplicación.
- Realizar ejercicios, resúmenes o ensayos al finalizar cada capítulo, con la finalidad de poner en práctica lo aprendido.
- Es necesario imprimir una alta dosis de creatividad, actitud y responsabilidad para que el proceso enseñanza – aprendizaje sea eficiente, útil y rentable.
Paráfrasis: Lic. Rualdo Ibne Anzueto, Vicedecano Facultad de Ciencias de la Comunicación (FACOM), Universidad Galileo.
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