La Ropa: El Lenguaje en mundo de Símbolos

La Ropa: El Lenguaje en mundo de Símbolos

Artículo ganador del concurso “Aplicando Conocimiento de Imagen Física” de la Maestría en Consultoría de Imagen Pública y Planificación Estratégica de Medios de Comunicación Jornada Nocturna, de la Escuela Superior de Imagen Pública.

La moda, para algunas personas, parece un tema frívolo y superfi­cial, ya que en el mundo hay situaciones, problemas y conflictos mayores para detenerse a pensar en ella. Sin embargo, con frecuencia nos enfren­tamos ante el dilema ¿Qué me pondré hoy? ¿Cómo debo vestir para tal ocasión? y ¿Qué impresión causaré si decido vestir esto o aquello? Son preguntas del diario vivir, tanto para hombres como para las mujeres.

Vestir apropiadamente es relevante en el mundo de los negocios

En el mundo laboral, cada vez toma más importancia el tema del buen vestir, ya que se torna en un asunto de estatus, como una tarjeta de presentación. En el ambiente de trabajo cuenta el envoltorio del paquete con que se presentan ideas o propuestas a los clientes.

Su sastre o su estilista tienden a aconsejarle en el tema de las nuevas tendencias y qué le sienta bien, pero en la actuali­dad ha tomado auge el trabajo de los asesores de imagen. Cada vez más, son solicitados porque ayudan a las personas a elab­orar un vestuario que promueva la correcta apariencia ante los demás.

Estos profesionales del estilo tienen la capacidad de evalu­ar el tipo de cuerpo, los objetivos profesionales y la personalidad, de modo que puedan mejorar el vestuario y los accesorios de un cliente.

Con frecuencia, los asesores son estilistas autónomos que tienen una vasta experiencia en la industria de la moda. Son sociables, están pendientes de las preferencias, estilos nuevos de ropa y cuentan con habilidades para resolver problemas.

Aman compartir y promover el buen vestir. Asimismo, poseen una enorme capacidad de incrementar la confianza de las personas en sí mismas, a través de su trabajo. No son personas frívolas y materialistas, sino muy cálidas y con sentido común.

La ropa ejerce una poderosa influencia sobre lo que la gente piensa de nosotros

Cómo nos sentimos y cómo nos presentamos a los demás dice mucho y las cosas que vale la pena alcanzar conllevan esfuerzo y entrega.

Todo es cuestión de disponerse, esforzarse y encaminarse a dar pasos firmes hacia un rotundo éxito en todo lo que nos propongamos.

De tal manera, que cómo nos sintamos y nos revistamos de entusiasmo para realizar nuestras labores cotidianas, se reflejará en lo que vistamos y mostremos en nuestro rostro y en la mirada.

En definitiva, el vestuario ejerce influencia a todo nivel socioeconómi­co, irrefutablemente.

Ser humilde no es sinónimo de andar sucio y desalineado. Y en la sencillez está la elegancia.

No es necesario hacer alarde de una tremenda personalidad siendo extravagante al vestir.  Bien lo dicta el refrán popular: “Dime de qué alardeas y te diré de qué careces”.

Simplemente es cuestión de valorarse uno mismo y el respeto que sentimos hacia los demás lo que motive el buen vestir.

Hay una frase que sella muy bien el sentido de estas líneas: “Sentirse a gusto con uno mismo es la condición necesaria para relacionarse con otros”, Erich Fromm.

Por: Ruth Álvarez de Rodríguez

ESIP

Licenciatura en Imagen Pública y Medios de Comunicación

¿Qué tan útil fue esta publicación?

| GES Comunicación | 14 noviembre, 2014 |