La mona aunque se vista de seda mona se queda

La mona aunque se vista de seda mona se queda

Artículo ganador del concurso «Aplicando Conocimiento de Imagen Física» de la Maestría en Consultoría de Imagen Pública y Planificación Estratégica de Medios de Comunicación Jornada Nocturna, de la Escuela Superior de Imagen Pública.

¿Cree que sea cierto?

Si, No, Tal vez.

Cual es el primer dicho de moda que le viene a la mente

Aunque la mona se vista de seda…

Se imagina usted una primate caminando elegantemente por una pasarela, tirándole besos a todos los espectadores mientras luce un hermoso vestido rojo. Pues definitivamente solo que se tratara de una función de circo. En efecto, una mona, vístala como se la vista, se vería igual, tal como la foto de “Silvia” la monita de Gibraltar que pudo escoger su propio atuendo y adornos en un experimento de La Universidad de Córdova España.

Pero es obvio que este y otros dichos referentes a la “moda” hablan de una persona que tiene la oportunidad de arreglarse bien a pesar de ser desfavorecida en su apariencia física (FEA)  o mal gusto a opinión de la mayoría. Quienes están a favor de este criterio opinan que su apariencia como en el caso del dicho, sería la misma aunque hiciere lo que fuere para mejorar.

Realicé encuestas rápidas para comprobar que tanto efecto ha hecho este pensamiento en la gente y estas fueron las respuestas de las 10 personas abordadas: primero se les pidió dijeran ¿cuál era el primer pensamiento sobre moda que les viniera a la cabeza? y fue el refrán popular “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.  Al preguntarles si lo creían, ocho dijeron que sí.  De ahí surgió la siguiente interrogante  ¿Y si la mona fuera millonaria? La respuesta varió y cinco dijeron que no seguiría siendo mona.  Esto significa que aunque la frase esté tan arraigada, muy dentro nuestro creemos que es posible el cambio.  Sin ir muy lejos, la breve observación de las artistas famosas y su disparidad entre su apariencia cuando están maquilladas y sin él, delata esta verdad.

Para obtener el punto de vista de un experto me referí a los pensamientos de la legendaria Gabrielle Bonheur Chanel, mejor conocida como Coco Chanel, quien decía: “No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase.» A simple vista pareciera que ella apoya que “la mona aunque se vista de seda mona se queda” sin embargo aun deseo refutar esta frase y sus derivadas porque estoy convencido que con los recursos y el entrenamiento mínimo adecuado es posible cambiar radicalmente la apariencia de una persona.   Qué atrevimiento contrariar a la gran Coco Chanel, me diría usted.  Pero, recuerde que todas esas compañías que venden caro, viven de la exclusividad y les conviene promover que lo bueno no está al alcance de todos para justificar sus exorbitantes precios. Por ello, mi comentario la haré con su mismo argumento.  Coco fue una promotora acérrima de la teoría de la Proporción del cuerpo humano, presentado por Leonardo Da Vinci en el Renacimiento.  Esta teoría sostiene que el cuerpo humano es perfecto si es proporcional entre sus diferentes partes.  Obviamente son muy pocas las personas que nacen con tales privilegios pero, eso se puede arreglar a través de de generar un balance entre el cuerpo, la ropa y accesorios.  Esto fue precisamente el legado de esta diseñadora con sus novedosas propuestas, entre ellas la más usada hoy en día: “El traje sastre para mujer”.   Por lo tanto, ella creía y promovía que si no se era perfecto de nacimiento se podía componer balanceando tus medidas a través de la ropa, aunque para efectos negocio tuviera que ponerlo un poco inaccesible.

Déjeme entonces afirmar, que en efecto, si uno cuenta con los recursos adecuados e insisto “mínimos” puede proyectar una apariencia agradable, aunque no necesariamente se uniforme con la generalidad.  Creo fielmente que “uno se siente como se ve”.  Es decir, si me veo bien a mi parecer, los demás me percibirán así y me tratarán de acuerdo a mi apariencia.

La misma Coco lo demostró con su vida, pues del abandono de un pobre hospicio en Francia paso a ser pionera en el mundo de la moda. Y por mi parte, puedo compartir que también nací en condiciones de pobreza extrema y pasé de un pequeño cuarto de lámina a las cámaras del noticiero más visto de Guatemala.  Claro, el proceso ha sido mucho más largo de lo que se podría contar.  Pero, lo que quiero decir es que uno puede elegir como quiere verse y quien quiere ser.  Además, eso está al alcance de todos porque yo, desde la perspectiva original del dicho, “fui mono y me visto de seda” y ya no soy tan mono.  Bueno… no sé que piense usted.

Por: Juan Carlos Sasbin

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| GES Comunicación | 13 noviembre, 2014 |